martes, 26 de mayo de 2009

Caricias


Me levanto y abro los ojos. Giro mi cabeza a la izquierda y veo tus zapatos. Recuerdo cuando María y tú os los cambiabais a la salida de la discoteca, y andabais de puntillas, sin pisar el suelo, casi levitando. Vuelvo a mirar al frente. La puerta está abierta, me gusta ver lo que hay más allá siempre, no me gusta perderme nada. Cuando empecé a conocerte, decidí mirar dentro de ti, descifrarte. No hubo sorpresas, eras tan increíble y perfecta como había soñado.

Me vuelvo a recostar sobre la almohada. La huelo y noto aún tu aroma. El mismo aroma que me enloqueció en Granada y que nunca perdiste, que llevas contigo. Como tu sonrisa. Ya he perdido la cuenta de las veces que te he visto reír, pero sigue siendo pura, limpia, simplemente me hace feliz. Intento cerrar los ojos, pero todo va demasiado bien como para perder el tiempo. Busco tu mano. La encuentro, la agarro con todas mis fuerzas.

Miro a la derecha y ahí estás tú. Aún con los ojos cerrados. Acompasas la respiración con el tic-tac de mi corazón. Lo noto. Eres hermosa incluso durmiendo, como un ángel caído del cielo, que se fijó en alguien inseguro que andaba por ahí y que no merecía su protección. Cojo con dos dedos tu flequillo y lo muevo detrás de tu oreja, mientras pienso como comenzó todo, como en un día nos convertimos en eternos.

Intento acercarme lo más que puedo sin llegar a despertarte. Tu sueño me tranquiliza y me reconforta. Cierro los ojos e intento pensar en que sueñas. Pero no consigo dormir. Te beso en la frente y desperezándome, me levanto de la cama para abrir la ventana y ver cómo ha amanecido el día para el resto de los mortales. Mi día está siendo soleado. Mientras enciendo un cigarro, vuelvo a mirar atrás, sigues ahí, impasible, somnolienta.

Tras terminar mi cigarro, despiertas. Te levantas con tranquilidad de la cama y te pones a mi lado. Yo sigo mirando al mundo exterior, no quiero parecerme a ellos. Te abrazo y me abrazas. Afuera, todavía sigue el bullicio y la tristeza. Nuestro mundo, sigue siendo un sueño del que nadie quiere levantarse.

1 comentario:

Unknown soldier dijo...

Supongo que esto es la felicidad en este mundo :)