Todo está últimamente cogiendo su camino. La niebla se va escapando poco a poco hacia otros lugares, más humedos, menos limpios. Con ganas, con fuerza y con ánimo caminando hacia el cielo, pasito a pasito que no vegan a llevarme las prisas y me rompa la pierna de un tropiezo. No quiero tropezarme. Me duele mucho tropezarme. Pero todo es tan genial últimamente, que no puedo parar de andar. Ya no veo figuras si miro a las nubes.
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