viernes, 21 de septiembre de 2007

La eterna duda

Ya se terminó esa tempestad
que se desató en mi soledad,
llueve frío y gris en el corazón
ayer me marché sin pedir perdón.

¿Qué me sumergió en esta prisión?
¿Quién me hizo reír?¿Quién me acarició?
Todo es noche y calma en la oscuridad
sólo oigo mi voz en la eternidad.

Laberinto ciego
que he de recorrer
sin poder llorar.
En mi largo sueño
hoy es otra vez,
quiero despertar.

El atardecer, sólo una ilusión
por verte otra vez bajo aquel calor.
El dichoso tren, viaje sin final,
donde queda Dios que me abrazará.

y sé que morir no es cosa de dos
yo me dormiré, tú encuentra el amor.
No puedes venir adónde voy yo,
yo te llevaré en mi corazón.

Y cuando los sueños vuelen
como aroma del recuerdo
pensaré en ti.
Cuando llegue a mis raíces,
me acordaré de tu pelo
y cuidaré de ti.

Seré el viento
que se lleve tu llanto en un beso rizado.
Seré por ti la nube
que llueva en aquel puerto
luvia de enamorado.

Letra y Música (aunque no aparezca) del maestro de maestros Juan José Pelegrín Buendía

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Al Olvido



Hace tiempo que me cuesta hablar,
como un miedo a no saber estar
donde los demás me piden que esté,
miedo no se bien, a qué.

Cada día creo un poco más
que la edad nos va haciendo callar,
ya no digo tonterías por decir,
me asustan lo que creen de mí.

Al olvido, todo cuanto he aprendido,
si ha de hacerme tanto daño
lo que guardo en el cajón
yo se lo regalo al olvido,
todos y cada momento
que hasta hoy llevaba dentro,
no los quiero junto a mi
se los regalo al olvido.

Creía que hacerse mayor
me otorgaba algo más de control,
por lo menos mi caso no es así,
hay cosas que aún no se decir.

Me confunde la gente al pasar,
pánico a encontrarme a alguien,
tenerme que parar a saludar,
no se me ocurre que decir.

Mientras salgo a pasear
alguien se los llevará,
y así quizás al volver
puede ser que ya no esté
.....aquí.

Iré sólo por el callejón,
escondiéndome de los demás,
quizás nadie me vea correr....

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Como en ese cuento...

Como en ese cuento en el que todo sale bien se van haciendo los males más pequeños e indoloros. Todo se vuelve azul (no se si celeste o azul mar...), pero me hace volver a respirar. Y no se si es asi o si es de otra forma pero esto se siente dentro, no lo sacas hasta que lo comprendes. Pero voy comprendiéndolo. Y entonces vienes tu y me alegras y me llenas y me dejas girando en tu espìral de dorado pelo y ojos de verde prado.

Son las tres de la mañana y llegas a casa, mientras tus amigos están cantando en el karaoke y esperas la llamada de tu novia, que está en otra ciudad, y se está retrasando cuatro horas. Y entonces suena el teléfono:

-Diga; contesto
-Hola David, Soy María....Escucha, se que es tarde pero ¿puedes venir a casa?

¿Y tu que haces?

Vas.