En el metro, todo el mundo que pide, tiene su historia estudiada. No se le escapa una letra, ni una coma. Usan las pausas y engalanan los silencios. Saben cómo lo tienen que hacer. Me da pena su situación pero me sorprende sobremanera sus actuaciones. Supongo que hace tiempo que perdí el corazón.
Voy tambaleandome de un lugar hacia otro sin pensar muxo en lo que tendría que hacer, en la manera en la que tendría que seguir mis pasos. Ni cuánto debo seguir, ni de que manera tengo que pisar. Espero que eso pase, quedan unos días en la gran ciudad, luego, espero reposar en mi casa.
Allí te veré. Estarás donde siempre y seguro que sonríes, como siempre. Me sentaré hablaremos largo tiempo, con varios cafés y muchos cigarros. En aquellos momentos encontraré el karma, mi leitmotiv.
1 comentario:
Veo que no te habitúas a Madrid. Aprovecha cada minuto que estés aquí, conoce gente, callejea andando, visita museos, come en bares...o de lo contrario perderás la única oportunidad de no acabar como un uraño, que no verá más allá de su terruño hasta que muera.
Publicar un comentario